La idea del avión no tripulado es antigua. A pesar de que a menudo asociamos los drones con los robots militares de hoy, los aviones no tripulados, de una forma u otra, se han utilizado durante décadas. Uno de los primeros usos registrados fue por los austriacos enjulio de 1849 después de que se pusieran en marcha alrededor de doscientos globos aerostáticos no tripulados montados con bombas en la ciudad de Venecia. Menos de dos décadas después de la Guerra Civil en EE.UU, fuerzas de la Confederación y de la Unión volaban globos para misiones de reconocimiento. En 1896 Samuel P. Langley desarrolló una serie de aeronaves a vapor, aviones sin piloto, que fueron trasladados con éxito a lo largo del río Potomac, cerca de Washington DC. La práctica de la vigilancia aérea más tarde surgió en la Guerra Hispano-Americana de 1898, cuando los militares de EE.UU. equiparon una cámara a una cometa, dando lugar a una de las primeras fotografías de reconocimiento aéreo.
«En 1849 se le atribuye al ejército austriaco la utilización de 200 globos aerostáticos no tripulados que se cargaron de bombas sobre la ciudad italiana de Venecia, uno de los primeros antecedentes del uso de aeronaves no tripuladas»
Nikola Teslademostró por primera vez el mando a distancia o radiocontrol de un vehículo al final del siglo XIX. En un estanque en el Madison Square Garden de Nueva York en 1898, el inventor y showman controlaba a distancia un barco con una señal de radio. Esta fue la primera aplicación de ondas de radio en la historia, lo que significa que la patente de Tesla Nº 613.809 fue la cuna de la robótica moderna. En esa masa de agua flotaba un enorme posible avance militar.
En 1916, la idea de las armas guiadas de forma remota despertó el interés del capitán Archibald M. Low, de la Royal Flying Corps en el Reino Unido, que supervisó la construcción de una serie de aviones dirigidos por control remoto que fueron equipados con explosivos.
Durante la Primera Guerra Mundial, el inventor del giroscopio, Elmer Ambrose Sperry, desarrolló una plataforma de aeronaves sin piloto con un dispositivo para lanzar torpedos con una catapulta. Una publicación del New York Times de 1926 apunta a que estas aeronaves eran guiadas con gran precisión y que después de una distancia predeterminada giraban y volaban hacia abajo en vertical, con una carga tal de TNT capaces de volar una población entera. El programa quedó extinto al acabar la guerra en 1918 y de hecho también hay reportes de que eran habituales los fallos técnicos y eran numerosos los accidentes con estos prototipos.
Durante la Segunda Guerra Mundial el asunto se trató de forma diferente. La Marina estadounidense lanzó un nuevo programa, llamado Operación Anvil, para identificar bunkers alemanes usando bombarderos readaptados para tolerar una capacidad doble con explosivos y siendo guiados por control remoto para estrellarse con los nazis en Alemania y partes de Francia controladas por Hitler. La tecnología por control remoto estaba muy limitada, incluyendo dispositivos de radio conectados a un motor, con lo que los pilotos tenían que guiar el artefacto a una altura determinada para luego tirarse en paracaídas. En la práctica, el programa fue un desastre, muchas aeronaves se estrellaban o peor.
A mediados de la década de 1940 asistimos al desarrollo del GB-1 Glide sistema de bombardeo aéreo ideado para eludir las defensas aéreas alemanas. Era un planeador viable equipado con una bomba estándar de 1.000 o 2.000 libras de peso. Hecho de madera contrachapada con las alas, timones, y controlado por radio, eran guiados hacia líneas enemigas. En 1943, ciento ocho GB-1 fueron lanzados sobre Colonia, causando graves daños. Más adelante, en la misma guerra vino el GB-4, o el «Robin«, que fue la primera «arma guiada retransmitida por la televisión».